Mientras Ana Inés Forest Pereira planea la asistencia de su pequeño colectivo de Centro Habana al desfile del Primero de Mayo en la capital, Jesús Ferreiro Brito es consciente de que a su gente en el municipio Plaza de la Revolución lo que le toca ese día es ocuparse de la “zafra” de las señales.
Así de diversa y sensible es la labor de la Unidad Presupuestada Técnica de Control del Espectro Radioeléctrico, nombre larguísimo ya casi sustituido por sus más conocidas siglas UPTCER. Esta dependencia del Ministerio de Comunicaciones festeja además su aniversario 30 este 26 de abril, a solo unos días de la gran fiesta de los trabajadores.
“Cuando hay grandes concentraciones como la del Primero de Mayo se activan todos los servicios por cuya calidad nosotros respondemos: la radio y la televisión, la telefonía celular, los sistemas de comunicación para el transporte, las ambulancias, la policía, cientos de micrófonos inalámbricos, todo a la vez y en los mismos lugares”, explicó el veterano Ferreira Brito, quien dirige el Centro nacional de Gestión y Control del Espectro Radioeléctrico.
La UPTCER tiene como misión desde su creación el control de la soberanía del espectro radioeléctrico en Cuba, un recurso natural que cada Estado debe administrar de acuerdo con las normas internacionales, para garantizar el buen funcionamiento de esa especie de autopista por donde viajan al unísono todas las señales de comunicación, las cuales por supuesto no deben “chocar” entre sí.
En el Centro de Control de Trámites de La Habana, Forest Pereira es la secretaria general de la sección sindical, integrada por 12 trabajadores. En esa oficina se atienden a todas las entidades y personas que solicitan licencias para que poder emplear las frecuencias radioeléctricas que se les asigne de acuerdo con el equipo que posean.
“Diariamente aquí acuden decenas de usuarios del espacio radioeléctrico, para legalizar el uso de las tecnologías que importan, antenas, redes inalámbricas, plantas de radio u otras”, explicó la dirigente sindical de este colectivo que busca también mejorar los servicios a la población mediante su digitalización.
Esa gestión y control del espectro radioeléctrico, para que no se produzcan interferencias que afecten las señales ni se cometan ilegalidades en su uso, son funciones que la UPTCER incorporó desde 2016, según explicó Carlos Jorge Pietro de la Lastra, su director general.
Esta entidad nacional, con unos 300 trabajadores, posee direcciones territoriales en las provincias; y su origen en 1993 se remonta al enfrentamiento que todavía continúa contra las señales piratas de la mal llamada TV Martí, que desde Washington se emiten contra Cuba.
“El trato con la población es lo más difícil”, afirmó categórico Yovani Fernández Pagés, uno de los seis jóvenes técnicos e ingenieros que trabajan en Centro nacional de Gestión y Control. Durante el monitoreo de las señales allí a veces se detectan violaciones en el uso del espacio radioeléctrico, por lo cual deben ir al terreno para detectar el origen de las interferencias y adoptar medidas que resuelvan el problema, casi siempre causado por el empleo de tecnologías no autorizadas, ya sea para uso doméstico o con carácter comercial.
“Es una actividad que te aporta mucho como profesional —explicó el ingeniero Alain León Ruiz—, porque te obliga a dominar la teoría y la práctica de los diferentes sistemas de telecomunicaciones que funcionan en el país”.
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