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Denuncia canciller cubano campaña de desestabilización contra Cuba

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Tomado de Cubadebate

En Cuba no hubo el domingo 11 de julio un estallido social; hubo disturbios, desorden, causados por una operación comunicacional que se prepara desde hace tiempo, declaró la víspera el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla.

    “El domingo pasado se manifestó en Cuba el impacto combinado de un aumento de un pico de casos y fallecimientos de la pandemia de covid-19. La tensión consecuente sobre el sistema nacional de salud, su efecto en la vida de todas las personas, miles de ciudadanos cubanos y sus familias, y también de las carencias económicas provocadas por las carencias económicas, especialmente de estos dos años, agravadas sensiblemente por la intensificación deliberada del bloqueo contra Cuba y el impacto de la pandemia en la situación económica internacional”, comenzó su comparecencia el canciller cubano en la tarde de este martes.

“Las dificultades económicas que hoy enfrenta nuestro país tienen diversas, múltiples implicaciones y dimensiones de naturaleza objetiva; repercuten en nuestro sólido sistema de salud, en el suministro del servicio eléctrico, aunque ha habido, además, alguna avería, relacionada también con las limitaciones de estos años en combustible y mantenimiento.

    “Repercuten en los alimentos, las medicinas, las colas, el desabastecimiento, los precios y las dificultades que nuestro pueblo conoce mejor que nadie, porque las vive todos los días.

“Es sabido que el Gobierno de Estados Unidos identificó el impacto del virus y la pandemia como una oportunidad para reforzar el bloqueo con motivaciones políticas y aplicar lo que llamó medidas de máxima presión para reforzar la agresión a nuestro país.

“Ha sido un intento deliberado, cruel, oportunista de aprovechar las condiciones de una pandemia para intentar estrangular nuestra economía”, denunció Rodríguez Parrilla.

    “Se conoce que el Gobierno de Estados Unidos ha dedicado históricamente, pero en particular en los últimos años, cientos de millones de dólares para interferir en los asuntos internos de Cuba, para hacer injerencia en ellos; para intentar inútilmente fomentar una oposición política al precio incluso de generar desorden, inestabilidad, con el fallido propósito de fracturar el orden constitucional, el consenso social, las condiciones de estabilidad, tranquilidad, seguridad ciudadanas, armonía, en que vive nuestro pueblo.

“Para ello ha utilizado herramientas de alta tecnología, poderosas y sofisticadas, de las cuales tiene, en este mundo desequilibrado, control prácticamente monopólico y lo ha hecho para tratar de aprovechar las duras condiciones sociales que ha generado en el planeta la pandemia y, en nuestro caso, haciendo, además, un uso impúdico, obsceno, desvergonzado de la mentira, la calumnia y la manipulación de datos en el intento de movilizar, convocar, incitar, manipular a las personas”, afirmó el canciller cubano ante la prensa internacional.

“Es un diseño con fines políticos, en el cual el imperialismo norteamericano ha trabajado por largo tiempo, ha acentuado sus esfuerzos y ha incrementado su financiamiento en los últimos años”, añadió.

Continuó recordando que “en la presentación de la resolución contra el bloqueo a Cuba, que aprobó abrumadoramente la Asamblea General de Naciones Unidas el 23 de junio, en el discurso se advirtió que ‘los Estados Unidos emplean cuantiosos recursos, laboratorios sociales y herramientas de alta tecnología en una desenfrenada campaña dirigida a desacreditar a Cuba mediante el uso de la mentira y la manipulación de datos’”.

    El 23 de junio −continuó− “ya teníamos información, y era evidente para quienes siguen las redes digitales y los datos, que arrancaba, que estaba en desarrollo ese día una operación comunicacional de alta envergadura.

“El Gobierno norteamericano, incluso, sometía a condiciones extremas sus posiciones con relación a la anunciada revisión de la política hacia Cuba, y había heredado obstáculos interpuestos por el Gobierno anterior con el avieso propósito de impedir esto”.

Incluso −subrayó el ministro cubano de Relaciones Exteriores−, en momentos en que voceros estadounidenses hablaban de temas sensibles para la vida de las personas, como las medidas coercitivas unilaterales relacionadas con los viajes en ambas direcciones, con las remesas o con los servicios consulares, que afectan a los cubanos que residen incluso fuera de Cuba y a las familias, se abría paso una operación que contradecía esas declaraciones.

    “En ese discurso del 23 de junio se dijo: ‘Algunos sueñan con provocar el caos social, el desorden, la violencia y la muerte. No es extraño porque se trata de un arma política ya utilizada contra otros países con consecuencias desastrosas’.

“El 23 de junio venía ya desarrollándose esa campaña, que incluía llamados a la violencia, a acciones terroristas, a la agresión a las autoridades, al asesinato del presidente de la Republica”, apuntó.

    “También se advertía aquel día: ‘Unos pocos deliran con provocar un flujo migratorio irregular y descontrolado entre Cuba y Estados Unidos. Se trata de una apuesta peligrosa sobre la que hemos alertado al Gobierno estadounidense, que tiene la obligación legal y moral de honrar los acuerdos migratorios, en particular en materia de visados. Es un tema sensible que cuesta vidas’. Y hemos advertido ayer, y reitero ahora, nuestra advertencia al Gobierno de Estados Unidos”.

El canciller cubano afirmó que lo que se dirime hoy “es la alternativa entre el derecho de un Estado independiente, soberano, de una nación, de un pueblo a ejercer su derecho a la libre determinación, a disfrutar de sus derechos humanos sin intervención extranjera ni injerencia en sus asuntos internos.

“La alternativa entre asegurarse a sí mismo nuestro pueblo paz, cohesión social, tranquilidad, seguridad ciudadana y estabilidad, frente al intento ilegítimo, usurpador, ilegal e inmoral de una superpotencia de sojuzgar a la isla rebelde y tratar de determinar nuestro destino; entre esos propósitos y la actuación desenfrenada de una superpotencia que amenaza la paz y la seguridad internacionales, la independencia y la soberanía de todos los Estados del planeta sin excepción, y conculca la libertad de sus propios ciudadanos con el propósito político de provocar un cambio de régimen, alterar el orden constitucional que nuestro pueblo votó de manera mayoritariamente abrumadora en reciente referendo directo, universal y democrático”, afirmó el canciller ante periodistas.

Rodríguez Parrilla dijo que ayer y en días anteriores voceros y políticos estadounidenses “se han expresado con insuperable cinismo, hipocresía y manipulación política. El presidente Joseph Biden emitió un comunicado en el que  pide ‘al régimen de La Habana que escuche al pueblo cubano y alivie sus necesidades’. Se refiere, incluso, a la situación económica del país.

“El presidente Biden y el Gobierno de Estados Unidos deberían, en primer lugar, escuchar a sus propios ciudadanos que mayoritaria y sistemáticamente se pronuncian contra el bloqueo a Cuba, y en defensa de su libertad de viajar a cualquier lugar del mundo y a recibir información libre, exacta y de primera mano. Harían bien en escuchar a la comunidad internacional, que le reclama todos los años, de manera tangible −con una pizarra que refleja el voto de cada país y con debates que dejan absolutamente aislado a ese Gobierno−, el levantamiento del bloqueo.

    “Harían bien en escuchar a los cubanos que residen en Estados Unidos y en todas las latitudes, cuyas familias sufren la manipulación de los temas migratorios y la aplicación de políticas que afectan la relación entre los pueblos, los contactos, los viajes y la reunificación familiar”, señaló Rodríguez Parrilla.

“Pero se requiere mucho cinismo para pedir al Gobierno soberano de Cuba que escuche a nuestro pueblo, que es víctima de la política del Gobierno de Estados Unidos, histórica y presente; de la política que aplicó el presidente Donald Trump; de las 243 medidas coercitivas unilaterales que sumó al bloqueo en su mandato, y de las más de 50 medidas que aplicó con un frío, calculador y oportunista, deliberado propósito de aprovechar las condiciones de una pandemia para tratar de provocar un cambio de régimen en Cuba, estrangular la economía cubana, al precio incluso de dificultar la prevención, tratamiento e inmunización de nuestros ciudadanos frente a la covid-19.

“Haría bien el presidente Biden en escuchar la voluntad abrumadora, expresa, reiterada de nuestro pueblo que reclama, de todas las formas y en todos los ámbitos, y en toda su diversidad, el fin del bloqueo que daña a todas las familias cubanas”.

Si el presidente Biden tuviera algún interés o preocupación sincera y quisiera aliviar la dificultades del pueblo cubano, creadas por la política de Gobiernos anteriores y la que aplica este minuto su propio Gobierno −prosiguió el canciller−, “podría tomar decisiones ejecutivas, usar una pluma y con su firma podría modificar significativamente, sustancialmente, sin necesidad del voto legislativo, aspectos fundamentales del bloqueo, incluido los que más daño humanitario provocan y los que más afectan el enfrentamiento a la pandemia por parte de nuestra nación.

“Podría instar al Congreso de Estados Unidos a que levante el bloqueo, a que adopte también iniciativas legislativas. Podría, además, recuperar algunas de sus prerrogativas soberanas y podría, por ejemplo, suspender la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton −la autorización de demandar ante cortes estadounidenses, en una brutal expansión de la ley de ese país, a compañías, ciudadanos y Gobiernos de terceros Estados, más allá de las fronteras de Estados Unidos”.

Biden podría, igualmente, “tomar medidas específicas con relación a aspectos de una crueldad extrema, como las dificultades impuestas a Cuba para adquirir ventiladores pulmonares en medio de la pandemia”.

    En su comparecencia ante la prensa internacional en La Habana, Rodríguez Parrilla denunció que “el recrudecimiento de la política de cerco, de estrangulamiento económico del país en plena pandemia, ocurre junto a un incremento de la agresión política, mediática, comunicacional; a un aumento inusitado de las operaciones de desinformación, financiadas copiosamente con fondos federales del presupuesto de Estados Unidos que se declaran públicamente, decenas de millones de dólares anuales, sin contar los fondos encubiertos que también se usan en estas campañas”.

En Cuba no hubo el domingo 11 de julio un estallido social; hubo disturbios, desorden, causados por una operación comunicacional que se prepara desde hace tiempo, declaró la víspera el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla.

    “El domingo pasado se manifestó en Cuba el impacto combinado de un aumento de un pico de casos y fallecimientos de la pandemia de covid-19. La tensión consecuente sobre el sistema nacional de salud, su efecto en la vida de todas las personas, miles de ciudadanos cubanos y sus familias, y también de las carencias económicas provocadas por las carencias económicas, especialmente de estos dos años, agravadas sensiblemente por la intensificación deliberada del bloqueo contra Cuba y el impacto de la pandemia en la situación económica internacional”, comenzó su comparecencia el canciller cubano en la tarde de este martes.

“Las dificultades económicas que hoy enfrenta nuestro país tienen diversas, múltiples implicaciones y dimensiones de naturaleza objetiva; repercuten en nuestro sólido sistema de salud, en el suministro del servicio eléctrico, aunque ha habido, además, alguna avería, relacionada también con las limitaciones de estos años en combustible y mantenimiento.

    “Repercuten en los alimentos, las medicinas, las colas, el desabastecimiento, los precios y las dificultades que nuestro pueblo conoce mejor que nadie, porque las vive todos los días.

“Es sabido que el Gobierno de Estados Unidos identificó el impacto del virus y la pandemia como una oportunidad para reforzar el bloqueo con motivaciones políticas y aplicar lo que llamó medidas de máxima presión para reforzar la agresión a nuestro país.

“Ha sido un intento deliberado, cruel, oportunista de aprovechar las condiciones de una pandemia para intentar estrangular nuestra economía”, denunció Rodríguez Parrilla.

    “Se conoce que el Gobierno de Estados Unidos ha dedicado históricamente, pero en particular en los últimos años, cientos de millones de dólares para interferir en los asuntos internos de Cuba, para hacer injerencia en ellos; para intentar inútilmente fomentar una oposición política al precio incluso de generar desorden, inestabilidad, con el fallido propósito de fracturar el orden constitucional, el consenso social, las condiciones de estabilidad, tranquilidad, seguridad ciudadanas, armonía, en que vive nuestro pueblo.

“Para ello ha utilizado herramientas de alta tecnología, poderosas y sofisticadas, de las cuales tiene, en este mundo desequilibrado, control prácticamente monopólico y lo ha hecho para tratar de aprovechar las duras condiciones sociales que ha generado en el planeta la pandemia y, en nuestro caso, haciendo, además, un uso impúdico, obsceno, desvergonzado de la mentira, la calumnia y la manipulación de datos en el intento de movilizar, convocar, incitar, manipular a las personas”, afirmó el canciller cubano ante la prensa internacional.

“Es un diseño con fines políticos, en el cual el imperialismo norteamericano ha trabajado por largo tiempo, ha acentuado sus esfuerzos y ha incrementado su financiamiento en los últimos años”, añadió.

Continuó recordando que “en la presentación de la resolución contra el bloqueo a Cuba, que aprobó abrumadoramente la Asamblea General de Naciones Unidas el 23 de junio, en el discurso se advirtió que ‘los Estados Unidos emplean cuantiosos recursos, laboratorios sociales y herramientas de alta tecnología en una desenfrenada campaña dirigida a desacreditar a Cuba mediante el uso de la mentira y la manipulación de datos’”.

    El 23 de junio −continuó− “ya teníamos información, y era evidente para quienes siguen las redes digitales y los datos, que arrancaba, que estaba en desarrollo ese día una operación comunicacional de alta envergadura.

“El Gobierno norteamericano, incluso, sometía a condiciones extremas sus posiciones con relación a la anunciada revisión de la política hacia Cuba, y había heredado obstáculos interpuestos por el Gobierno anterior con el avieso propósito de impedir esto”.

Incluso −subrayó el ministro cubano de Relaciones Exteriores−, en momentos en que voceros estadounidenses hablaban de temas sensibles para la vida de las personas, como las medidas coercitivas unilaterales relacionadas con los viajes en ambas direcciones, con las remesas o con los servicios consulares, que afectan a los cubanos que residen incluso fuera de Cuba y a las familias, se abría paso una operación que contradecía esas declaraciones.

    “En ese discurso del 23 de junio se dijo: ‘Algunos sueñan con provocar el caos social, el desorden, la violencia y la muerte. No es extraño porque se trata de un arma política ya utilizada contra otros países con consecuencias desastrosas’.

“El 23 de junio venía ya desarrollándose esa campaña, que incluía llamados a la violencia, a acciones terroristas, a la agresión a las autoridades, al asesinato del presidente de la Republica”, apuntó.

    “También se advertía aquel día: ‘Unos pocos deliran con provocar un flujo migratorio irregular y descontrolado entre Cuba y Estados Unidos. Se trata de una apuesta peligrosa sobre la que hemos alertado al Gobierno estadounidense, que tiene la obligación legal y moral de honrar los acuerdos migratorios, en particular en materia de visados. Es un tema sensible que cuesta vidas’. Y hemos advertido ayer, y reitero ahora, nuestra advertencia al Gobierno de Estados Unidos”.

El canciller cubano afirmó que lo que se dirime hoy “es la alternativa entre el derecho de un Estado independiente, soberano, de una nación, de un pueblo a ejercer su derecho a la libre determinación, a disfrutar de sus derechos humanos sin intervención extranjera ni injerencia en sus asuntos internos.

“La alternativa entre asegurarse a sí mismo nuestro pueblo paz, cohesión social, tranquilidad, seguridad ciudadana y estabilidad, frente al intento ilegítimo, usurpador, ilegal e inmoral de una superpotencia de sojuzgar a la isla rebelde y tratar de determinar nuestro destino; entre esos propósitos y la actuación desenfrenada de una superpotencia que amenaza la paz y la seguridad internacionales, la independencia y la soberanía de todos los Estados del planeta sin excepción, y conculca la libertad de sus propios ciudadanos con el propósito político de provocar un cambio de régimen, alterar el orden constitucional que nuestro pueblo votó de manera mayoritariamente abrumadora en reciente referendo directo, universal y democrático”, afirmó el canciller ante periodistas.

Rodríguez Parrilla dijo que ayer y en días anteriores voceros y políticos estadounidenses “se han expresado con insuperable cinismo, hipocresía y manipulación política. El presidente Joseph Biden emitió un comunicado en el que  pide ‘al régimen de La Habana que escuche al pueblo cubano y alivie sus necesidades’. Se refiere, incluso, a la situación económica del país.

“El presidente Biden y el Gobierno de Estados Unidos deberían, en primer lugar, escuchar a sus propios ciudadanos que mayoritaria y sistemáticamente se pronuncian contra el bloqueo a Cuba, y en defensa de su libertad de viajar a cualquier lugar del mundo y a recibir información libre, exacta y de primera mano. Harían bien en escuchar a la comunidad internacional, que le reclama todos los años, de manera tangible −con una pizarra que refleja el voto de cada país y con debates que dejan absolutamente aislado a ese Gobierno−, el levantamiento del bloqueo.

    “Harían bien en escuchar a los cubanos que residen en Estados Unidos y en todas las latitudes, cuyas familias sufren la manipulación de los temas migratorios y la aplicación de políticas que afectan la relación entre los pueblos, los contactos, los viajes y la reunificación familiar”, señaló Rodríguez Parrilla.

“Pero se requiere mucho cinismo para pedir al Gobierno soberano de Cuba que escuche a nuestro pueblo, que es víctima de la política del Gobierno de Estados Unidos, histórica y presente; de la política que aplicó el presidente Donald Trump; de las 243 medidas coercitivas unilaterales que sumó al bloqueo en su mandato, y de las más de 50 medidas que aplicó con un frío, calculador y oportunista, deliberado propósito de aprovechar las condiciones de una pandemia para tratar de provocar un cambio de régimen en Cuba, estrangular la economía cubana, al precio incluso de dificultar la prevención, tratamiento e inmunización de nuestros ciudadanos frente a la covid-19.

“Haría bien el presidente Biden en escuchar la voluntad abrumadora, expresa, reiterada de nuestro pueblo que reclama, de todas las formas y en todos los ámbitos, y en toda su diversidad, el fin del bloqueo que daña a todas las familias cubanas”.

Si el presidente Biden tuviera algún interés o preocupación sincera y quisiera aliviar la dificultades del pueblo cubano, creadas por la política de Gobiernos anteriores y la que aplica este minuto su propio Gobierno −prosiguió el canciller−, “podría tomar decisiones ejecutivas, usar una pluma y con su firma podría modificar significativamente, sustancialmente, sin necesidad del voto legislativo, aspectos fundamentales del bloqueo, incluido los que más daño humanitario provocan y los que más afectan el enfrentamiento a la pandemia por parte de nuestra nación.

“Podría instar al Congreso de Estados Unidos a que levante el bloqueo, a que adopte también iniciativas legislativas. Podría, además, recuperar algunas de sus prerrogativas soberanas y podría, por ejemplo, suspender la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton −la autorización de demandar ante cortes estadounidenses, en una brutal expansión de la ley de ese país, a compañías, ciudadanos y Gobiernos de terceros Estados, más allá de las fronteras de Estados Unidos”.

Biden podría, igualmente, “tomar medidas específicas con relación a aspectos de una crueldad extrema, como las dificultades impuestas a Cuba para adquirir ventiladores pulmonares en medio de la pandemia”.

    En su comparecencia ante la prensa internacional en La Habana, Rodríguez Parrilla denunció que “el recrudecimiento de la política de cerco, de estrangulamiento económico del país en plena pandemia, ocurre junto a un incremento de la agresión política, mediática, comunicacional; a un aumento inusitado de las operaciones de desinformación, financiadas copiosamente con fondos federales del presupuesto de Estados Unidos que se declaran públicamente, decenas de millones de dólares anuales, sin contar los fondos encubiertos que también se usan en estas campañas”.

Advirtió que “nuestro pueblo, en ejercicio de su soberanía, actuará junto a nuestro Gobierno y nuestros órganos judiciales en la aplicación de nuestras leyes. Lo haremos, también, tomando en cuenta el derecho internacional y los propósitos con que en el ámbito de la comunicación digital los Gobiernos del planeta han suscrito los instrumentos jurídicos, es verdad que deficientes, pero que el mundo se ha dado para prevenir la agresión en estos ámbitos digitales.

    “Claro que en nuestro país hay dificultades, que nuestro pueblo enfrenta una situación difícil de enfrentamiento a la pandemia, de aprovechamiento oportunista de la pandemia para la agresión del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba, para la agresión que cobija, contra las prácticas de la comunidad de redes y las propias regulaciones norteamericanas, a dispositivos bien financiados con alta tecnología, que no están al alcance de los ciudadanos estadounidenses, que son muy caras, con compañías especializadas para la guerra digital e informática, para actuar contra cuba.

“Nuestra revolución ejercerá dentro del derecho internacional, la Constitución y las leyes que soberanamente nos hemos dado, nuestro derecho a aplicarlas y a defender el orden constitucional y legal que nuestro pueblo en libre referendo se ha dado.

“Hemos vivido momentos más difíciles. Estamos en situación de pandemia y fundamentos éticos elementales deberían llevar al Gobierno de Estados Unidos a impedir que en medio de una pandemia que tantas vidas estadounidenses ha cobrado, tantos enfermos estadounidenses ha provocado, no se utilice para favorecer objetivos de agresión política contra Cuba; que no se utilice para apretar de manera oportunista el bloqueo contra Cuba; que el nuevo Gobierno de Estados Unidos, del que habría que esperar mayor decencia, apego a la ley y la propia plataforma electoral que lo llevó a gobernar, no aproveche condiciones de pandemia para la agresión, no persista en las políticas que de una manera vehemente y pública criticó en sus predecesores, y que no continúe la agresión de estos últimos años en niveles extremos, recrudecidos en tiempos de pandemia.

    “Los cubanos hemos vivido momentos peores y sabremos enfrentarlos. Nos consagramos decididamente a resolver los problemas de nuestra economía. Contamos con solidaridad y apoyo internacional. Trabajamos activamente sin descanso, no solo en el enfrentamiento a la pandemia con resultados ejemplares, sino también en la producción de alimentos y el enfrentamiento a las dificultades de la economía.

“Las economías del mundo en desarrollo sufren gravemente las consecuencias de la pandemia, y en nuestro caso son dos pandemias: la de la covid-19 y la del bloqueo. Las dos asfixian y matan.

    “Nuestro pueblo ejercerá su derecho a defenderse y continuaremos trabajando con toda confianza en nuestra resistencia victoriosa, que nos ha traído hasta aquí. Continuaremos consagrados a nuestro esfuerzo.

“Defenderemos a ultranza nuestro derecho a la libre y soberana determinación, y usaremos nuestras leyes, que son para regir a todo el que se mueve en los ámbitos de nuestra soberanía.

“No descansaremos hasta salir de la situación de pandemia y de sus impactos agravados de nuestra economía combinados con los del bloqueo.

“Reconocemos y emociona el esfuerzo de nuestra gente, nuestros trabajadores, estudiantes, de todos los sectores de nuestra sociedad, de nuestros niños y mujeres.

    “Defenderemos a ultranza nuestro derecho a la paz, a la seguridad ciudadana. Defenderemos a ultranza nuestro consenso social. Defenderemos la nación. Defenderemos la Revolución.

“Junto al pueblo, estrechamente unidos todos en torno al Partido Comunista de Cuba, al Gobierno revolucionario, con absoluta lealtad a la memoria de Fidel, el liderazgo de Raúl y junto al presidente Miguel Díaz-Canel, rodilla en tierra, defenderemos la verdad, y defenderemos a nuestro pueblo y la Revolución.

“Contamos de antemano, no solo con un consenso abrumador en nuestro pueblo, sino con su persistente optimismo, su consagración en medio de las dificultades a enfrentar y resolver los problemas.

    “No se trata solo de resistir victoriosamente, sino que continuaremos avanzando pese a cualquier dificultad en el consenso, la armonía, la participación de todas las cubanas y todos los cubanos, en el desarrollo de nuestra economía y en los propósitos que nuestro pueblo, de manera libre y soberana, se ha dado”, concluyó su declaración el ministro cubano de Relaciones Exteriores, antes de dar paso a preguntas de los periodistas.

Preguntas de los periodistas

—AP...Se ha hablado de la situación difícil, y de que se está trabajando, pero no se han presentado medidas o un paquete queden solución a los problemas de los que la gente se queja. Además, hemos vivido cortes de servicios de datos. ¿Esta medida defensiva?

Canciller… Las circunstancias económicas son complejas. el Gobierno cubano ha venido trabajando de una manera denodada, ingente, como nuestro pueblo y la comunidad internacional conocen. En circunstancias difíciles, desde el punto de vista del apretón oportunista del bloqueo, en especial durante los últimos dos años, en momentos de impacto humano y al mismo tiempo económico de la pandemia. La situación de la economía internacional, que afecta grandemente la de una economía abierta como la cubana, en la que, por ejemplo, el turismo tiene un papel muy importante.

Es verdad que el país enfrenta una situación compleja. Sí es peculiar en nuestro país, primero, la manera en que estos problemas se comparten entre todos. Hemos visto las imágenes de cómo la pandemia golpea en muchos países a los sectores desfavorecidos, incluso en países industrializados. Hemos visto situaciones dantescas. Eso no ha ocurrido en Cuba. Ni en el ámbito de la salud ni en lo social, incluidas las prestaciones de seguridad y asistencia social, con la que el país distribuye de la manera más equitativa la carga de las dificultades económicas, del bloqueo y de la pandemia.

No hay cubanos sin tratamiento, ni muriendo en las calles. Hay consenso social sobre la manera en que se ha manejado la pandemia. Nos duele mucho cada fallecido y cada enfermo. Las estadísticas de la OMS demuestran que Cuba tiene uno de los modelos más eficaces en el enfrentamiento a la pandemia.

La economía cubana sufre un impacto extremo, en primer lugar, con el apretón cruel, oportunista del bloqueo, utilizando como aliado a la pandemia. Y en segundo lugar, por las condiciones de la economía internacional. Ustedes no verán gente desamparada en Cuba, aunque en el mundo hay situaciones realmente graves. Claro que las dificultades son serias, y nadie podría subestimarlas. Pero en Cuba disponemos de la solidaridad entre nosotros y disponemos de un sistema social que garantiza seguridad y protección a todos los cubanos, con independencia de cómo piensen, de lo que hagan, más en condiciones de una pandemia.

En relación con los cortes eléctricos, es una situación que provoca limitaciones sensibles para todos. Están las colas, otras dificultades. Sin embargo, no se podrá ver en Cuba lo que se ve en otros lugares en relación con la exclusión, la inequidad, con gente muriendose por la pandemia y por las razones crónicas en sociedades capitalistas; muriéndose de pobreza y de pandemia.

Tenemos un modelo social que, aun en situación de pandemia, es reconocido y es exitoso. En Cuba nadie muere sin atención médica, y la cifra de letalidad de la pandemia en Cuba está entre las menores en el planeta, reconociendo que impacta gravemente en la economía y en las vidas de todos nosotros. Pero si algo se puede decir en medio de la pandemia, es que el de Cuba es uno de los modelos más eficaces de enfrentamiento a la enfermedad, por los datos de morbilidad, de mortalidad, de prevención y tratamiento, por la existencia de los candidatos vacunales, de la primera vacuna de América Latina y el Caribe, por las buenas noticias en relación con el desarrollo de un segundo candidato vacunal, por las noticias sobre los ensayos para las vacunas pediátricas y en los progresos de otros candidatos vacunales.

Entonces, habría que reconocer que el modelo cubano de enfrentamiento a la pandemia es uno de los más eficaces a escala planetaria, resultado de inclusión social y de alta eficacia y de una labor ingente del Gobierno, en medio de enormes dificultades que no hay que contarlas al pueblo porque las vivimos todos los días.

Y en medio del daño humanitario del bloqueo, que es extraordinario. Y el bloqueo, que ya sin pandemia es un acto de genocidio según la Convención de Ginebra, es un acto de acto de genocidio agravado en medio de la pandemia. Y nuestra economía, que ya es una economía en problemas, subdesarrollada, claro que está en dificultades, pero con un país y una sociedad en condiciones muy distintas de las que se ven en muchos países.

Con relación al tema de internet y del acceso a redes, hay que decir que el país está viviendo una situación compleja. El acceso a la información es un derecho. Está claro que hay condiciones complejas, que se reflejan no solo en el acceso a internet, sino en el tema de la alimentación, en el transporte. En Cuba no hay, como hay en otros países en este momento, gente muriéndose de hambre. Tenemos dificultades, pero no hay gente muriendo de hambre. Tenemos problemas de electricidad, de comunicación, de conectividad, y es verdad que estamos en una situación compleja, con problemas en el servicio eléctrico que repercuten en el funcionamiento de nodos y servidores, las telecomunicaciones. En una situación de falta de medicamentos, agudizada, pese a una gestión ingente del Gobierno para resolverla.

Pero debo decir también que Cuba no va a renunciar nunca a su derecho a defenderse de la agresión, en el plano en que esta se produzca. Responderemos de una manera apropiada y medida, siempre sobre la base del consenso. Nos defenderemos siempre dentro de la ley, con el consenso de la mayoría de los cubanos, preservando los derechos del pueblo.

Actuaremos siempre con apego a nuestras leyes, con transparencia, con estricto apego a la verdad, y en consulta y con movilización de nuestro pueblo. En los próximos días intensificaremos los intercambios con nuestro pueblo, la discusión y solución de nuestros asuntos, y en la movilización para defender al país de la agresión que acabamos de describir.

—Claridad, de Puerto Rico: Dadas las circunstancias de los últimos días, ¿el Gobierno cubano ha tenido comunicación en días pasados con la Administración de Estados Unidos sobre lo que ha estado ocurriendo en la Isla? ¿Si es así, cuál sería la postura de la Administración estadounidense?

En términos generales, vemos en redes sociales una campaña desde Estados Unidos que incluso amenaza con venir en lanchas y flotillas a Cuba. ¿Cuál será la respuesta de Cuba en caso de que ocurra?

—Canciller: Hay niveles de comunicación con el Gobierno de Estados Unidos, propios de dos Estados que tienen relaciones diplomáticas, por mal que uno trate al más pequeño. Ambas embajadas funcionan en una situación de anormalidad extraordinaria, bajo medidas diplomáticas discriminatorias que han forzado una enorme restricción del personal diplomático cubano en Washington, y trabajar en condiciones muy difíciles.

Pero persiste la comunicación en el plano diplomático, de la misma manera que, como he denunciado antes, se mantiene la persistente injerencia de la embajada de Estados Unidos en La Habana en nuestros asuntos internos, pese a las situaciones complejas de intensificación de bloqueo, pandemia y dificultades económicas.

Hay comunicación en el plano diplomático. Tengo la esperanza de que el Departamento de Estado de EE.UU. tome en cuenta las convenciones internacionales, actúe con un mínimo sentido humanitario en las difíciles condiciones que vive hoy el planeta, que viven los EE.UU. y que vive también nuestro país.

Acabo de hacer una denuncia en relación con la persistente agresión que se produce desde Estados Unidos, con conocimiento y amparo del Gobierno de Estados Unidos, en el ámbito comunicacional e informático, contra Cuba. Acabo de denunciar una verdadera operación de agresión en el plano comunicacional y digital desde territorio de EE.UU.

Estos factores están presentes. Se mantiene comunicación entre dos Estados con relaciones diplomáticas, pese a nuestras protestas y pese a la persistencia del bloqueo.

Es difícil comprender cómo un Gobierno que fue elegido sobre la base de una plataforma que incluía una conducta de respeto a la soberanía de otros Estados, al derecho internacional, con elementos de plataforma relacionados con Cuba, de supuesto reconocimiento del derecho de los cubanos, con posturas críticas en esa plataforma a las políticas atroces contra Cuba que siguió el Gobierno anterior. Bueno, los cambios no se ven, las medidas de bloqueo siguen en vigor, las operaciones políticas agresivas como la que vivimos se hacen con impunidad y complicidad desde territorio estadounidense. Los pretextos para limitar el accionar de las embajadas persisten; la agresión desde el punto de vista comunicacional, también: el enfoque mendaz de lo que ocurre en Cuba y la manipulación de la información la hemos visto en voceros principales en el día de ayer.

Habría que esperar que el Gobierno de los Estados Unido actúe con decencia y con apego al derecho internacional, tal como prometió para elegirse a la ciudadanía estadounidense.

Estoy convencido de que está en el mejor interés de ambos países y pueblos, y de América Latina, y en el ámbito multilateral, avanzar hacia relaciones de cooperación efectiva en ámbitos que son naturales. Uno podría pensar en los mares comunes, en el medioambiente. Lo sorprendente es que el Gobierno de Estados Unidos no haya sido proclive a cooperación para enfrentar la pandemia, en las condiciones tremendas en que la pandemia transcurre en el mundo, y es peor que se utilice las condiciones de pandemia para agravar la situación del país con el bloqueo endurecido, con medidas tomadas casi hasta la última semana antes de la toma de posesión, dirigidas a dañar la relación bilateral y dificultar cualquier progreso en esta.

Hubo cooperación durante la epidemia de ébola, en África, por ejemplo.

Comprendiendo la manera en que se hace la política en Estados Unidos, uno tiene que percatarse de que hay un efecto inercial de aplicación de la política que en la campaña tanto se criticó y que hay un incumplimiento de promesas electorales. Hay un efecto inercial de la aplicación de la política. Y es más cruel e inmoral mantener la intensificación del bloqueo, la injerencia y las agresiones desde ese país, como la operación que acabamos de describir, que tiene amparo del Gobierno de EE.UU., en condiciones de una pandemia. Comprendiendo que el Gobierno de Estados Unidos es soberano de hacer lo que estime mejor, igual que el nuestro, y que nosotros defenderemos nuestro derecho, y nuestro modelo, y continuaremos avanzando con la política actual, que es la política de Trump, en cualquier circunstancia.

Se ha hablado de enviar flotillas. Espero que el Gobierno de Estados Unidos aplique sus propias leyes, sea respetuoso de sus propias normas y del derecho internacional; espero que no repita experiencias que tuvieron consecuencias trágicas en el pasado.

Claro que Cuba es un Estado soberano, nuestro pueblo actuará con determinación. Hay circunstancias difíciles a escala internacional en medio de la pandemia, y esperamos que el Gobierno de Estados Unidos tome las medidas necesarias.

Me preocupan más las medidas que toma el Gobierno de Estados Unidos a partir del efecto inercial, de un Gobierno que tomó posesión en enero, con respecto, por ejemplo, al tema migratorio.

EE.UU. ha hablado muchísimo de tener una migración legal, ordenada, proteger sus fronteras, y ha tomado medidas extremas con respecto a ello. Sorprendería que ese Gobierno permita que, con impunidad, se alienten o realicen acciones dirigidas a precipitar incidentes migratorios, o que se apliquen políticas que terminen por ser discriminatorias en relación con los migrantes cubanos.

En concreto, pienso que está en el mejor interés de los pueblos de Estados Unidos y de Cuba, y que, por tanto, debería estar en el interés del Gobierno de EE.UU. seguir las políticas por las que supuestamente fue elegido en la campaña electoral, que cumpla sus promesas electorales y tome en cuenta las circunstancias internacionales y tenga una conducta apegada a sus propias leyes, al derecho internacional y responsable.

—AFP: Usted mencionó la necesidad de mantener comunicación y colaboración con Estados Unidos, ¿esto quiere decir que el Gobierno cubano no contempla a corto plazo represalias diplomáticas hacia el Gobierno de Estados Unidos?

—Canciller: Es una pregunta hipotética. Ambos países mantienen relaciones diplomáticas. Cuba tiene una conducta completamente apegada al derecho internacional. Nadie podría mencionar un solo hecho o presentar evidencia de conductas inadecuadas del Gobierno cubano o de los diplomáticos cubanos en territorio estadounidense.

Está en el mejor interés del derecho internacional, de la aplicación de la Carta de Naciones Unidas y de ambos Gobiernos, que haya relaciones respetuosas, basadas en las normas internacionales y el interés nacional de ambos países.

Siempre hay una actitud de respeto y disposición constructiva al diálogo de la parte cubana.

No es Cuba la que realiza acciones que contravienen la Carta de Naciones Unidas ni los propósitos que se declaran supuestamente humanitarios con relación al pueblo cubano.

Si queda alguna preocupación honesta, legítima en el actual Gobierno de Estados Unidos con relación a la situación de pandemia y agravada por un bloqueo ilegal que ese propio Gobierno aplica en toda su intensidad a una isla pequeña, se entendería que tendrían poderosísimas razones para modificar esas políticas que dañan gravemente al pueblo cubano, a los cubanos que residen en Estados Unidos y también los intereses y derechos de los estadounidenses, que siempre han tenido una conducta de interés y respeto 

En el momento en que resultó posible vinieron a cuba miles de ellos, a pesar de las enormes restricciones en los viajes. Habría que esperar que si el Gobierno de Estados Unidos va a tomar en cuenta la plataforma por la que fue elegido, su interés nacional y la voluntad de sus ciudadanos, debería atenerse a esos aspectos.

Sin embargo, no hay duda de que esto habrá que medirlo por los hechos, más que por las declaraciones.

—EFE: ¿La falta de internet no es por voluntad del Gobierno cubano? Ha habido pronunciamiento, por ejemplo, de la Unión Europea, sobre los sucesos del domingo y escenas que considera de represión. ¿Qué diría a quienes hablan de represión?

Le diría que he visto escenas peores en Europa. Que hay condiciones como las que he descrito. He visto escenas realmente fuertes de violencia policial y represión de manifestantes en capitales europeas antes y durante la pandemia, en condiciones realmente distintas a las cubanas. Usted habrá podido ver alguna acción de tensión policial. Comenté antes que ha habido conductas violentas y violación de nuestras leyes, hechos violentos, actos con armas. Por supuesto, nuestro pueblo tiene derecho a defenderse y nuestras instituciones tienen el deber de aplicar las leyes para proteger a las personas.

Pero, francamente, no se me parecen las escenas, algunas bastante sesgadas, que han publicado los medios televisivos sobre el domingo, a algunas que he visto profusamente en Europa, antes y durante la pandemia. Aquí no se ha visto el despliegue de unidades antimotines actuando con vehículos blindados, utilizando bombas fumígenas, dispositivos de uso casi militar, para reprimir manifestaciones. Usted lo más que habrá podido ver son policías conduciendo a personas.

Primero, yo llamaría a un rasero justo. Manifestaciones hemos visto últimamente en muchos países y lugares. Colegas periodistas suyos, alrededor de 400, fueron bastante maltratados durante las manifestaciones en Washington sin que se dijera mucho por parte de algunos medios europeos. Puedo decirle que es cierto que ha habido violaciones del orden y de la ley, limitadas, contadas, moderadas, ante las que se ha utilizado con absoluta moderación la aplicación de la ley y la fuerza del orden.

No es en Cuba donde 400 periodistas han sido golpeados, agredidos, ni ha habido una represión como las que han ocurrido en algunos países europeos. Pero debo decir que nosotros aplicaremos nuestras leyes con todo sentido de justicia, con precaución humanitaria y al mismo tiempo con toda implementación de lo que nuestras leyes demandan.

En relación con los temas de internet, en nuestro país, de la misma manera que ha habido interrupciones de servicios de electricidad y otras dificultades, en una situación que se ha tornado compleja en los últimos días.

—Resumen Latinoamericano: ¿Hay algún cambio entre la Administración Trump y la de Biden, entre republicanos y demócratas, respecto a Cuba?

Los hechos del domingo, que creemos fueron maquiavélicamente organizados y les vimos el rostro feo: sectores marginales, algunos que parecían alcoholizados, que golpearon a compañeros de la prensa, que vandalizaron instalaciones públicas, ¿esto que se ha organizado y que es parte de una acción multidimensional, de una golpe blando, en curso, tiene que ver con ocultar dos hechos extraordinarios: el enorme apoyo a Cuba hace apenas días en la Asamblea General de la ONU, el 23 de junio, o el hecho extraordinario de que Cuba sea el primer país de América Latina y el Caribe capaz de producir vacunas propias que pueden estar a disposición de nuestros pueblos?

En esta guerra multidimensional, antes usaron a sectores de la cultura o seudocultura, pero ahora usan sectores marginales, delincuenciales, que venían con palos, piedras, que arrancaban teléfonos, amenazantes… Y por otro lado, el doble discurso: Estados Unidos preocupado de sus fronteras, pero, ¿hay ahí algo de conciencia de la responsabilidad de impulsar estos actos en estos sectores, que podría llevar a una nueva crisis?

Canciller: Hay una gran diferencia en la plataforma que llevó al presidente Biden al triunfo electoral. Pero hay un efecto inercial de las políticas y en este momento se aplica contra Cuba la misma política que aplicó el Gobierno de Estados Unidos en los últimos dos años, con toda su crueldad, aun en condiciones de pandemia.

No creo que estemos en la antesala de una crisis bilateral, a menos que el Gobierno de Estados Unidos se lo proponga. Pero no disponemos de ningún dato que implique esa voluntad. Es un Gobierno que tiene muy pocos meses, aunque estos sobrarían para que hubiera demostrado en actos su apega a algunas promesas electorales, o a antecedentes que tuvieron que ver incluso con el triunfo electoral demócrata.

El domingo se produjeron algunos hechos de la naturaleza que menciona, en algunos sitios, de alcance limitado, con participación de un número limitado de personas. Ustedes podrían mostrar al mundo la magnitud de esos hechos.

Cuando utilizan imágenes de las personas que se oponían a esos hechos, podrían hacerlo de una manera tal que no llevara a alguien a confundirse y pensar que esas personas se estaban pronunciando el Gobierno o la situación del país.

Hubo una conjunción de elementos participando en estos hechos que tuvieron un alcance muy limitado, que han sido resueltos de manera local, adecuada, con el mínimo de uso de la fuerza policial, no se me parecen a los que recordaba ahorita, a los hechos que lamentablemente llenan televisoras y medios de prensa sobre cómo se reprime en este planeta, no solo en América Latina, sino en Europa y Estados Unidos.

Esto ha sido parte de una operación política realizada desde afuera, muy magnificada en el ámbito digital, diseñada para surtir esos efectos, que ha sido enfrentada con la participación y apoyo de la gente, y con un mínimo de fuerza policial, que en cualquier Estado de derecho es necesaria para restablecer la ampliación de la ley. Ha habido elementos delincuenciales, como ustedes apreciaron seguramente bien.

Reitero que las autoridades cubanas seguirán aplicando la ley con estricto apego a ella, con todo respeto a los derechos ciudadanos, con la moderación que da la solidez de una revolución, con el consenso ampliamente mayoritario del pueblo, del apoyo internacional prácticamente unánime que tenemos, de la esperanza de que ustedes den una visión real y editorialicen lo que está pasando en Cuba y que no se limiten a mostrar imágenes donde no siempre se entiende lo que está ocurriendo.

Confío en que opinen con objetividad, realismo y apego a la verdad.

Tengo absoluta confianza en que estos hechos no han de repetirse, de que nuestro pueblo y el país tienen toda la tranquilidad para superarlos. Habrán visto ustedes la tranquilidad ciudadana y el funcionamiento normal del país que hubo ayer y hoy, con algunas medidas obvias de garantía de orden público. El país está en condiciones de completa normalidad.

Se aplicará la ley con apego al derecho de los ciudadanos y con todo rigor. Les agradezco que informen objetivamente sobre lo que están viviendo en estos días.

Muchas gracias.

https://bit.ly/3B4oM92

Fuente: 
Tomado del periódico Granma
La concertación de una alianza con la Sociedad Mercantil Unipersonal Galas Fénix SURL condujo a un proyecto de reparación del inmueble, para así dar pie...
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