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¿Cómo impacta el bloqueo en el Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones?

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Tomado de Cubadebate

Desde su fundación en 2015, el Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones (GEIC) se ha consolidado como una pieza clave en el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones en Cuba. Como Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE), su misión es gestionar el avance integral de productos y servicios TIC, con el propósito de impulsar la informatización de la sociedad y fortalecer la economía nacional.

Conformado por empresas especializadas en distintos ámbitos de la tecnología, el GEIC abarca desde el desarrollo de software y soluciones de telecomunicaciones, hasta la seguridad informática y la transmisión de señales radiofónicas y televisivas. Entre sus entidades destacan Desoft, líder en el desarrollo de plataformas digitales; Softel, con aplicaciones dirigidas al sector salud; Segurmática, especializada en seguridad cibernética; Radiocuba y Movitel, fundamentales para las comunicaciones nacionales; y otras empresas integradoras como Cubatel S.A., Solintel S.A. y Sepcom.

A través de la innovación y la colaboración estratégica, el GEIC busca consolidar su papel en la transformación digital del país, promoviendo el acceso a tecnologías avanzadas y asegurando la soberanía informática en un contexto cada vez más interconectado. Sin embargo, su desempeño no escapa del impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba, una política unilateral que ha causado daños millonarios a la economía cubana.

Al respecto, Cubadebate conversó con varios representantes de las empresas que integran el GEIC.

Juan Carlos González Pérez, director comercial de Radiocuba, señaló que un impacto concreto de la política estadounidense del bloqueo sobre su empresa fue la cancelación repentina de su servicio satelital. Explicó que una empresa francesa, con domicilio en Estados Unidos, les comunicó repentinamente hace dos años que debía cancelar el contrato “porque había sido comprada al 100% por una empresa estadounidense y no estaba facultada para continuar operando con Cuba”. Esto los obligó a buscar rápidamente un nuevo proveedor, migrando finalmente a una empresa rusa que ofrece el mismo servicio.

González Pérez reconoció que en Radiocuba “sufren la falta de combustible, la imposibilidad de importar partes y piezas (el 90% proviene del exterior), y los problemas financieros del país”. Estas limitaciones, afirmó, en muchos casos “paralizan nuestras operaciones, generan impagos, [y] hacen que los proveedores pierdan confianza”.

Alertó, asimismo, sobre el estado crítico de la red de transmisión radiotelevisiva pues “desde la época de COVID-19 no recibimos piezas para mantenimiento”. La infraestructura envejecida provoca interrupciones constantes, afectando directamente sus exportaciones de servicios como transmisiones de onda corta.

Además, subrayó que “la falta de energía y combustible” les perjudica severamente pues “cuando hay cortes, perdemos más del 50% de los ingresos”. Aunque reconoció que el problema energético es nacional, enfatizó que a Radiocuba “nos perjudica directamente, y todos sabemos la incidencia que tiene en la situación del sistema electroenergético nacional el bloqueo”.

El directivo insistió en que “todos estos problemas son impactos indirectos del bloqueo”, cuyo objetivo esencial es privar al país de los recursos necesarios para su desarrollo socioeconómico.

Por su parte, Hyancith C. Aballí Oña, jefa del Grupo de Desarrollo de Cubatel, destacó que su empresa lleva “29 años construyendo infraestructura tecnológica”, pero el bloqueo impacta severamente sus operaciones. Explicó que el financiamiento es una barrera crítica: “No podemos cubrir inversiones ni construir infraestructura por falta de recursos”.

En cuanto a los proveedores, señaló que muchos “se niegan a trabajar con Cuba”, dificultando el acceso a equipos esenciales fabricados solo en el exterior. El mantenimiento también se ve comprometido porque los socios internacionales se sienten “amenazados por las sanciones” a Cuba.

Un problema operativo clave es el combustible, según describió Aballí Oña. “La movilidad nacional para reparar infraestructura es casi imposible”, dijo, limitando sus trabajos actuales a La Habana.

Además, resaltó que el bloqueo obstruye la capacitación (acceso a normas técnicas y foros) y la cooperación internacional, como el rechazo explícito al programa de seguridad de Microsoft, lo cual “limita nuestro desarrollo tecnológico”.

A su vez, Juan Miguel Alonso Torres, director de desarrollo tecnológico de Segurmática, coincidió con las problemáticas descritas antes y aportó ejemplos concretos. Indicó que herramientas esenciales para su empresa como “VirusTotal (para análisis de antivirus) están bloqueadas para Cuba”.

Respecto a los pagos a proveedores, afirmó que “transferir dinero desde bancos cubanos es extremadamente difícil” debido a restricciones financieras y la injusta designación de Cuba en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.

Sobre la innovación, enfatizó que “la imposibilidad de integrar iniciativas como el Microsoft Virus Initiative nos margina de actualizaciones clave en ciberseguridad”, afectando su competitividad.

Alonso Torres agregó que para ellos “es bastante difícil desarrollar un producto que cumpla todas las condiciones del proveedor”, y destacó que en Cuba “no podemos adquirir software licenciado”. Esta realidad obliga a su empresa a trabajar principalmente con “software de código abierto o freeware”, aunque incluso su instalación presenta complejidades.

En el diálogo con Cubadebate, el MSc Robelis Lambert Matos, director de Negocios del GEIC, enfatizó que “todo [infraestructura, desarrollo de software y comercialización de equipos] está afectado por el bloqueo económico hacia Cuba”. Coincidiendo con las declaraciones de sus colegas, señaló dos aspectos fundamentales: la infraestructura de telecomunicaciones y la soberanía tecnológica.

Lambert Matos advirtió que el bloqueo “limita el acceso a bibliografía especializada, tecnologías de seguridad avanzadas y proveedores de terminales”, citando como ejemplo que “Movitel carece de dispositivos actualizados” desde hace ya algún tiempo. Esta realidad, afirmó, “frena nuestro desarrollo de software, antivirus nacional y autonomía tecnológica”.

Además, empresas como Cubatel, Radiocuba, Solitel y Movitel enfrentan afectaciones críticas que impactan “la evaluación de la infraestructura de comunicaciones del país”.

Ante este escenario, Lambert Matos detalló que el GEIC impulsa alternativas estratégicas. “Nos hemos dado la tarea de potenciar exportaciones para financiar infraestructura”, dijo y calificó esta acción como “vital para no perder capacidades”. Así también, la “gestión de colaboración internacional con países aliados”, lo que consideró “clave para inyectar recursos en 2025 y en adelante”, como también lo es el “desarrollo interno mediante capital humano”.

De acuerdo con el director de Negocios del GEIC, “sin una base tecnológica sólida, la transformación digital o la inteligencia artificial serán inviables”. Reafirmó el compromiso del GEIC de “acompañar al sistema de comunicaciones nacional” y “mitigar los impactos del bloqueo mediante gestión proactiva”, trascendiendo incluso al propio grupo empresarial para incluir a otras entidades del país.
El informe más reciente de la Cancillería sobre el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba denuncia que, en precios corrientes, los daños acumulados por más de seis décadas de esta política ascienden a 164 141.1 millones de dólares. Solo entre el 1 de marzo de 2023 y el 29 de febrero de 2024, las pérdidas ocasionadas por estas restricciones fueron estimadas en 5 056.8 millones de dólares, reflejando el continuo impacto de esta medida unilateral.

El sector de las comunicaciones y la informática ha sido particularmente afectado, con daños calculados en 58 millones 772 mil 100 dólares durante el último año. Según el informe, la imposibilidad de acceder a marcas y equipamientos de alta gama con patentes de entidades estadounidenses sigue vigente. Se señala que herramientas especializadas como KLEIN y BOSCH han dejado de ser ofertadas a la empresa cubana ETECSA por distribuidores que anteriormente las proveían. Además, otras compañías han decidido suspender sus servicios de reparación en la isla, afectando equipos esenciales para la recepción de señal, transmisión de datos y comunicación por satélite.

El bloqueo también se extiende al ámbito digital, restringiendo el acceso a plataformas clave. Sitios como Adobe, SourceForge, WeTransfer, DELL e Intel han impuesto limitaciones, impidiendo el uso de recursos esenciales en línea. Asimismo, Cuba enfrenta restricciones en el acceso a herramientas de videoconferencias como Zoom, además de limitaciones en la conectividad de banda ancha, lo que afecta la velocidad de descarga de software, música y transmisiones en tiempo real de programas de radio y televisión.

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