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Desde un pequeño negocio familiar han ideado una impresora de metal que podría transformar la manufactura.
La MK1 funciona fundiendo en aluminio para después usar un campo magnético que crea la forma 3D sobre una placa en movimiento. Zack Vader, el CTO de esta empresa llamada Vader Systems, asegura que se le ocurrió la idea de la impresora tras no ser capaz de encontrar una empresa que imprimiera un generador de microturbina que necesitaba para un proyecto. Así que con la ayuda de su padre y la Universidad de Buffalo decidió construir la suya propia.
En su sitio web; Vader afirma que la MK1 es dos veces más rápida que las impresoras metálicas convencionales, y puede operar al 90% del coste.
Un fabricante de piezas de automóviles ya se ha interesado por la compra de al menos 50 de estas máquinas. Además, en el futuro serviría incluso para imprimir los dispositivos quirúrgicos para los hospitales y ciertas piezas de fabricación compleja. “Esta máquina puede llegar a dominar el mercado de la impresión de metal, ya que podrá conseguir la mejor calidad en unos años”, explica Chi Zhou, experto en impresión y miembro de la universidad de Buffalo.
La familia ya está desarrollando actualmente un nuevo modelo de impresora de metal, el MK2. Tendrá 10 cabezales de impresión y producirá piezas 30 veces más rápido que el modelo original. Se espera que salga en 2018.
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