Hoy el mundo llora las acciones terroristas que marcan cada 11 de septiembre:
- La muerte de Salvador Allende (tocororo chileno, legítimo presidente que prefirió quitarse la vida de un disparo, antes que caer en manos de las fuerzas militares de Augusto Pinochet)
- Félix García (primer diplomático extranjero, acreditado en la ONU, que asesinaran en Estados Unidos)
- La caída de las Torres Gemelas (acción que dejara centenares de muertos y heridos e incontable sufrimiento humano)
Todas son heridas que recuerdan constantemente el resultado del terrorismo, del discurso de odio y de la violencia.
Hoy el dolor sentido en cada una de esas ocasiones, el horror presenciado y la sangre derramada vuelven a cobrar fuerza en el recuerdo de los pueblos.
Hoy, la fecha se usa de estandarte y plataforma para sostener bien fuerte un grito de unidad: ¡no más terrorismo! Unidad de naciones, de ciudadanos, de madres que claman por sus hijos, de hermanos que lloran pérdidas, de amigos que aún recuerdan juventudes sin violencia.
Hoy, 11 de septiembre, cada corazón que siente suyo el dolor ajeno, late al unísono de un sentimiento de hermandad y apoyo: el camino es la paz.