Respeto a mis colegas inmunológos y virólogos; confío en que tantos años de quemarse las pestañas y de desarrollar carreras científicas sólidas les han dado las herramientas necesarias para, en caso de que fuera necesario, tomar medidas más extremas de aislamiento. El intrusismo profesional hace mucho daño.
Con mis modestos conocimientos de biología emito mi criterio sobre la situación actual del COVID-19 en Cuba con el ánimo de ayudar a calmar la situación.
No creo que existan a nivel local evidencias científicas que hablen de propagación del virus en el territorio nacional y por lo tanto, si no hay casos de contagio in situ, no hay elementos para una paralización del país y un estado de alarma. Declarar eso en este momento crearía una situación de estrés generalizado prolongado que sería muy dañino para la estabilidad inmunológica que necesita tener nuestra población para enfrentar una situación si la hubiera. Los niveles de infectación en Cuba, a día de hoy, no sustentan el paso a la próxima fase de medidas.
La OMS establece claramente las medidas que deben ser tomadas en cada fase de una pandemia y hasta el momento se han adoptado las que corresponden. No se toman estas medidas por los datos de lo que está ocurriendo en otros países, sino con lo que sucede en Cuba.
Mantener la calma es un paso muy importante y confiar en los profesionales que están hace días sin dormir cuidando nuestro sueño. Los avalan años de estudio para ello. Seamos cautelosos con generar histeria que no lleva a nada.
Tomar las medidas pertinentes, mantener la higiene, evitar aglomeraciones, bajarle 4 puntos a la desesperación y ser feliz, no olviden ser felices!
Yo no creo que se este haciendo mal, por el contrario, veo una prudencia sólida que me confirma que detrás de la toma de decisiones hay cerebros que le están poniendo ciencia de altos quilates a la situación. Yo confío en la ciencia, los invito a hacer lo mismo.
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