Debido al despliegue de la tecnología 5G, la contaminación electromagnética aumentará notablemente en los próximos años y con ella los efectos negativos sobre la salud de las personas. Ante la falta de conciencia política y social sobre el problema, se han organizado plataformas apoyadas por personas afectadas y científicos como “STOP 5G“, que ya cuenta con grupos en 200 ciudades del mundo.
Estas plataformas exigen una moratoria en el desarrollo de las redes 5G hasta que no se estudie más a fondo los impactos sobre la salud, cambios en la normativa que regula los niveles de emisión y se plantean presentar demandas contras las empresas de telefonía.
Todo el tiempo estamos rodeados de radiación electromagnética: desde señales de radio y televisión hasta todo tipo de tecnologías, incluidos los celulares y de fuentes naturales como la luz solar.
La 5G utiliza ondas de frecuencia más alta que las redes previas de telefonía celular, lo que permite que más dispositivos tengan acceso a internet todo el tiempo y a velocidades más rápidas.
Estas ondas viajan distancias más cortas a través de espacios urbanos, de manera que las redes 5G requieren más torres de transmisión que las tecnologías previas y deben estar posicionadas más cerca de la superficie terrestre.
“Alemania tendría que estar dotada de mástiles con un kilómetro de distancia entre cada uno”, advierte el jefe de la Federación, Achim Berg. La densidad de las torres de transmisión podría aumentar el llamado “electro-smog“, advierten algunos científicos. Para evitarlo, la iniciativa “5G Space Appeal” ha dirigido un llamado a las Naciones Unidas, la Unión Europea y los gobiernos nacionales.
“La aplicación de 5G es un experimento con la humanidad y el medio ambiente, lo que el derecho internacional define como un delito“, dice la exhortación de 400 científicos, organizaciones de protección ambiental e iniciativas ciudadanas, incluidos los conservacionistas alemanes de BUND.
Personas con electrosensibilidad y detractores de las ondas electromagnéticas han cantado victoria en los cantones suizos de Ginebra (GE),Vaud (VD) y de Neuchatel (NE) al anunciarse que, por el momento, se bloqueará la instalación de antenas 5G en sus territorios hasta que se precise el impacto que este tipo de instalaciones tienen en la salud pública.
¿Cuáles son los temores?
La radiación electromagnética utilizada por todas las tecnologías de telefonía celular ha llevado a que algunos se preocupen por sus riesgos a la salud, como desarrollar ciertos tipos de cáncer.
En 2014 la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que “no se han establecido efectos adversos a la salud causados por el uso de teléfonos celulares”.
Sin embargo, la OMS junto con la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer (IARC) clasificó toda la radiación de las frecuencias de radio (de la cual las señales de móviles forman parte) como “posibles carcinógenos”.
El doctor Frank De Vocht, quien asesora al gobierno británico sobre telefonía celular, dice que “aunque algunos estudios sugieren una posibilidad estadística de incremento en el riesgo de cáncer en los usuarios intensos, la evidencia sobre una relación causal no es suficientemente convincente como para sugerir la necesidad de tomar acciones de precaución”.
Sin embargo, hay un grupo de científicos y médicos que han escrito a la Unión Europea pidiendo que el lanzamiento de la 5G sea detenido.
Límites de exposición
En 1992 se estableció en Alemania la Comisión Internacional de Protección frente a Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP). Esta organización científica, independiente y sin ánimo de lucro, revisa periódicamente y de forma sistemática las evidencias científicas para determinar los niveles a los cuales se producen efectos biológicos.
No solo de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia, sino también de otras radiaciones electromagnéticas como la luz visible, los infrarrojos y los ultravioletas que, por encima de ciertos niveles, también pueden resultar muy peligrosos.
El proceso de revisión es abierto y su publicación se realiza en una revista científica tras un proceso de revisión por pares.
Así, una vez se establecen los niveles a los cuales se observan efectos para cada frecuencia, se aplica un factor de precaución o seguridad de 50.
Estos valores son aceptados por la mayor parte de los países occidentales desde hace décadas y se adoptan en las correspondientes legislaciones.
Además, existen otras agencias u organismos que realizan una revisión similar. Por ejemplo el Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE) y la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA).
Estos tres organismos, en los últimos meses y coincidiendo con el despliegue de la 5G, han revisado y publicado sus guías de límites seguros de exposición humana.
Disponible en:
https://www.tynmagazine.com/tiene-algun-riesgo-para-la-salud-la-nueva-te...
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