Cuando Apple publicó los resultados financieros de su último trimestre fiscal, en el que se notó una pujanza de lo móvil, se apuntó directamente a sus nuevos smartphones como causantes notables de su crecimiento.
Y, más concretamente, al hecho de que la firma de la manzana mordida haya decidido unirse por fin al club de los teléfonos móviles que suben por encima de las 4 pulgadas y se acercan, incluso, al tamaño de algunas tabletas.
Es lo que se ha dado en conocer como phablet y se trata de un tipo de dispositivo al que se le prevé un buen futuro en cuanto a aceptación y ventas. Un futuro más brillante que el presente que ya está viviendo.
Tanto es así que la consultora Juniper Research calcula que en cuestión de cuatro años, en 2019, el 20% de los dispositivos que se distribuyan y que hoy catalogamos como smartphones será directamente phablet. Es decir, que contarán con una pantalla de entre 5,5 y 6,9 pulgadas.
En números más tangibles, se cree que ese año se acabarán enviando al mercado 400 millones de phablets… o incluso alguna que otra unidad más.
“Los mismos chips pueden alimentar ahora cualquier dispositivo móvil, desde smartphones a ordenadores portátiles. Las capacidades de hardware se están difuminando”, señala uno de los analistas de esta compañía, James Moar. “Esto desplaza los parámetros de diseño de dispositivos hasta el presupuesto y los casos de uso, en lugar de a las características tecnológicas”.
Y es que, según Juniper Research, los modelos de phablets más económicos y que permitan a los usuarios interactuar con contenido multimedia tienen las de ganar.
Al tiempo que los phablets crecerán, el peso de las tabletas debería ir disminuyendo. Y eso es algo que ya se estaría notando en la actualidad. Sin ir más lejos, durante el último trimestre de 2014 se han colocado menos tablets PC que durante el mismo periodo de 2013.