


El fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina el 27 de noviembre de 1871 ha sido uno de los episodios más luctuosos de la historia cubana.
Acusados falsamente de haber profanado la tumba de un periodista español enemigo de la independencia, la virtual insurrección del Cuerpo de Voluntarios en La Habana, defensores de la dominación hispana, obtuvo la aquiescencia de las autoridades colonialistas para someter a juicio a toda una clase de estudiantes de esa carrera.
Varios fueron condenados a prisión, y ocho, escogidos al azar, a ser fusilados. Uno de ellos ni siquiera se hallaba en la capital del país el día de la supuesta irreverencia de haber rayado el cristal de aquella tumba.
Martí conoció del atroz suceso en Madrid, donde se hallaba entonces en condición de deportado, pero los detalles minuciosos le llegaron por boca de su amigo de la infancia, Fermín Valdés Domínguez, quien fue uno de los penalizados a seis años de prisión y llegado en 1872 a España como desterrado.
Tomado del periódico Juventud Rebelde https://bit.ly/3meCPkz
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