En el contexto del Diálogo de Alto Nivel sobre Financiamiento para el Desarrollo, que forma parte del 78 periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, intervino en la mañana de este miércoles el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. En sus palabras enunció que hace falta voluntad política para superar “una de las crisis más complejas de las que ha sido testigo la humanidad en la historia moderna”
NUEVA YORK.-De la voluntad política como rampa de lanzamiento para superar «una de las crisis más complejas de las que ha sido testigo la humanidad en la historia moderna» habló en la mañana de este miércoles, desde las Naciones Unidos, el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
A nombre del Grupo de los 77 y China -porque Cuba es en este 2023 presidente pro-témpore de ese organismo integrador- intervino el Jefe de Estado. Lo hizo en el contexto del Diálogo de Alto Nivel sobre Financiamiento para el Desarrollo, y como parte del 78 periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A propósito de la mesa redonda interactiva que versó sobre la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el mandatario del país caribeño comenzó así sus palabras: «Es para mí un honor pronunciar esta Declaración en nombre del Grupo de los 77 y China».
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba expresó que «el Diálogo de Alto Nivel presenta una valiosa oportunidad para el intercambio abierto, para reflexionar sobre el progreso alcanzado en la implementación del Plan de Acción de Addis Ababa, y para evaluar las maneras más eficientes de cerrar la creciente brecha, movilizando la voluntad política y los recursos necesarios para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030».
La arquitectura financiera actual -reflexionó- no está diseñada para proveer las respuestas que necesitan los países del Sur: «La reforma inclusiva de esta arquitectura es una demanda de larga data con el objetivo de cumplir con los principios y propósitos de la Carta de la Naciones Unidas y el derecho internacional».
Por lo anterior, el Presidente cubano enunció que «un paso en esa dirección sería rediseñar y recapitalizar los Bancos Multilaterales de Desarrollo, para que estos puedan asistir eficazmente a los países en desarrollo como un todo».
El mandatario fue más allá en el análisis: El refinanciamiento de los Bancos Multilaterales de Desarrollo por sí solo no sería suficiente para cubrir las necesidades del 80% de la población mundial, que vive en el Sur Global.
«Se necesitan -alertó- acciones inmediatas para enfrentar con urgencia la deuda externa insostenible, que arrastra a la mayoría de las naciones en desarrollo hacia un abismo económico. Se necesita inmediatamente una solución inclusiva y efectiva, con la participación de todos los acreedores, para que los países del Sur, particularmente los países de ingreso medio con miles de millones de dólares de sus propios ahorros domésticos, inviertan en su desarrollo».
«Además, no puede continuar demorándose la recanalización de Derechos Especiales de Giro no utilizados hacia países en desarrollo y una nueva asignación de estos Derechos».
«En tercer lugar, la reforma del sistema de gobernanza actual, creado hace casi un siglo, no refleja la realidad de las estructuras multilaterales de hoy».
Este último concepto, según explicó el mandatario, implica proceder a reformar la estructura de gobernanza de las Instituciones Financieras Internacionales -especialmente el Fondo Monetario Internacional-, ya que el sistema de votaciones basado en poder económico o financiero no es ya sostenible.
Las otras premisas -dijo el dignatario- tienen que ver con «una arquitectura mejorada de deuda soberana global con participación significativa de los países en desarrollo»; así como con plataformas inclusivas y eficaces para diseñar y debatir normas y regulaciones impositivas internacionales en las Naciones Unidas.
El sistema de comercio internacional -enfatizó el Presidente Díaz-Canel Bermúdez- necesita también con urgencia de una acción decisiva que haga posible necesarias reformas: «Esto debe incluir, explicitó, que los países desarrollados cesen de incrementar artificialmente la carga de exportación a aquellos mercados para países en desarrollo a través de tarifas injustificables y discriminatorias, permitiendo así un espacio para que los países en desarrollo creen industrias modernas que añadan valor a sus facilidades extractivas y agrícolas».