El 7 de julio de 1955, víspera de partir hacia el exilio forzoso en México, Fidel Castro había dejado claro que cerradas todas las puertas para la lucha cívica, no quedaba más solución que la lucha armada contra el régimen tiránico de Fulgencio Batista.
Ya en México, Fidel junto a Raúl Castro, Juan Manuel Márquez y otros combatientes del Moncada, se dieron a la tarea de poner en práctica la nueva estrategia de lucha contra la tiranía, que sería dirigida por el Movimiento 26 de Julio, organización revolucionaria que se había constituido el 12 de julio en La Habana, después de la salida de los moncadistas del presidio.
Es en ese sentido, que el 8 de agosto de 1955, hace hoy 66 años se publicó en México el Manifiesto Número UNO del 26 de Julio, donde Fidel hace un llamado a la Revolución y un ataque frontal a la camarilla que pisoteaba el honor de la nación.
En el Manifiesto se evidenció una vez más la confianza infinita y fortaleza en las masas populares y la necesidad de que al Movimiento 26 de Julio se incorporaran “jóvenes y viejos, hombres y mujeres, obreros y campesinos, estudiantes y profesionales, porque no se trata de un partido político más, sino una organización revolucionaria a todo el que esté dispuesto a luchar por la democracia y la justicia social”
De igual forma, se ratificaban los objetivos de la nueva lucha que se inició a partir del Asalto al Moncada, abogando por la eliminación del latifundio, la aplicación de la Reforma Agraria, la nacionalización de los monopolios, la rebaja de los alquileres, así como el aumento de los salarios a los profesionales y trabajadores de la salud y de la educación, entre otras medidas de carácter popular. Puntos que en esencia reflejaban lo planteado en "La Historia me absolverá".
Bajo esos principios los ex moncadistas se convirtieron en los expedicionarios del Yate Granma, desembarcaron en Cuba el 2 de diciembre de 1956, lucharon en la Sierra Maestra durante poco más de dos años, y conquistaron la victoria popular el primero de enero de 1959 para iniciar una nueva etapa revolucionaria de libertad, independencia y justicia social, la misma que disfrutamos en el presente.
Los revolucionarios cubanos, sentimos hoy este llamado a demostrar, una vez más, la fortaleza de nuestra unidad, la confianza en la continuidad de nuestra Revolución y la necesidad de defender nuestras victorias. A 66 agostos de aquel hecho que marcó un antes y un después en nuestra historia, impulsando una maquinaria de ideas y acciones que culminaría en la victoria de nuestro pueblo el 1ro de enero de 1959, nos sumamos hoy para ratificar nuestro compromiso con el legado de Fidel, firmes ante el momento histórico que nos ha tocado vivir.